Enumerar mis diez películas favoritas de todos los tiempos sería un acto suicida, dado que probablemente no he visto una sola de las que deberían de estar. Debido a esto, decidí pensar sólo en películas que vi en el cine desde 1999 y considero son las que más me impactaron y, más allá de eso, comenzaron a cultivar mi criterio cinematográfico.
Otro punto a aclarar es que no considero que alguna de las películas que voy a mencionar sea mejor que otra, y mucho menos podría valorarlas objetivamente y concluir cuál me gusta más. Por ello, el orden en que aparecerá la lista a continuación no significa absolutamente nada.
Volver (2006)
¿Cómo no enamorarse de esta entrega de Almodóvar? Todo acerca de esta película parece perfecto: el arte, el guión, los actores, la música... los secretos, los sabores, la superstición, los colores... Sin duda, una de las mejores películas que he visto jamás y una prueba de que el director español es un verdadero genio.
The Matrix (1999)
La primera vez que la vi me cautivó la idea de la Matrix y la civilización posmoderna, pero sobre todo me impactaron los efectos especiales. Sin embargo, tras un par de clases de filosofía y unas cuantas pasadas más a este filme, descubrí su riqueza y profundidad y quedé encantado con cómo los hermanos Wachowski lograron sintetizar tantos conceptos en una sola obra de ciencia ficción.
Memento (2000)
Lo que más me gusta de esta película es la forma en la que está contada, los giros inesperados y la intriga que esa original narrativa permite. Quizás lo más atrayente de Memento sea que logra poner al espectador en los zapatos del protagonista, partiendo la historia en pedazos y dando pistas a cuentagotas de un misterio indescifrable para quien ha perdido la memoria a corto plazo.
Le fabuleux destin d'Amélie Poulain (2001)
Amélie tiene todo para marcar de por vida al cinéfilo: una estética única e irrepetible, personajes inolvidables, una narrativa apasionante y cientos de detalles que deleitan al ojo y al oído una y otra vez. No me canso de verla.
Ray (2004)
La interpretación de Jamie Foxx me pareció impresionante, al punto que lo considero uno de los mejores actores de todos los tiempos. Además, pienso que la historia de Ray Charles y su música -ambas importantísimas para la humanidad en general- quedaron perfectamente retratadas.
Donnie Darko (2001)
Todo lo que encierra esta película me parece fascinante. La historia es totalmente circular y provoca rendirle culto, exige un trato especial que sin duda se merece por todas las genialidades que contiene.
Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004)
Me considero fanático de Michel Gondry por esa imaginación infinita que posee. En el caso de "Eternal Sunshine..." creo que logró aterrizar una serie de ideas aparentemente absurdas en una historia genial. Más allá del atinado uso de los efectos especiales y las actuaciones espectaculares, me impactó profundamente la interpretación de Gondry del qué sucede cuando una persona intenta refugiarse en los recuerdos tal y como los presenta el subconsciente.
Elephant (2003)
Otra película que me atrae por su propuesta narrativa es Elephant, de Gus Van Sant. Esas subtramas que se entrelazan de manera aparentemente arbitraria, los largos
backshots que sumergen al espectador en el ambiente escolar y el retrato de la juventud estadounidense son elementos que Van Sant supo integrar con maestría a esta cinta.
300 (2006)
El grado al que esta película se parece a la novela gráfica da escalofríos, pues resulta en una maravilla visual que inspira al más soso. Escenas como la lluvia de flechas y la visión del Oráculo están perfectamente logradas y se quedan en la cabeza de quien las vea, siendo pruebas de que 300 está muy bien dirigida y hace más que justicia a la novela en la que está inspirada.
Hero (2002)
Más allá de las impresionantes secuencias, lo que más me gusta de Héroe es, una vez más, la forma en que está relatada. El asesino y el emperador que debaten sobre lo que realmente sucedió y lo que iba a suceder al tiempo que vemos que cada historia maneja su propia estética es suficiente para querer sumergirse de lleno en la película.